El verdadero amor es combatir el burnout juntos

La frase “en lo próspero y en lo adverso” gana potencia cuando la pareja tiene que enfrentarse a los síntomas del burnout. Estos son mis consejos para resolverlo juntos.

Por Sandra Zuluaga R. 


“Aunque una pareja con dos personas con carrera puede significar el doble de estrés, en realidad puede ser una buena oportunidad para encontrar comprensión y entendimiento”.

El burnout, o el desgaste, no es una debilidad, sino una señal de que debemos hacer algunos cambios en nuestra vida para mejorarla. Pero esta conversación comenzamos a tenerla hace relativamente poco, porque en el mundo de los adultos se veía como una medalla de honor evitar el descanso o eliminar los espacios en nuestra agenda para un sano ocio. El término “burnout” se acuñó por primera vez en la década de los 70 del siglo pasado por el psicólogo Herbert Freudenberger para referirse a los síntomas del agotamiento laboral, aunque fue hasta el 2019 que la Organización Mundial de la Salud lo añadió a su lista de enfermedades. Y quizá a partir de la pandemia del covid-19 en 2020 fue que muchos aprendimos a usarla, cuando comenzamos a padecerla y reconocerla como un daño a nuestra salud mental.

No olvides leer mi artículo anteriorhttp://www.sandrazuluaga.com/2024/10/22 anos y 5 matrimonios despues lo que he aprendido sobre amor y trabajo.html

Artículos y literatura le hablan a la persona que lo padece, o a los profesionales de recursos humanos para que ayuden a sus empleados. ¿Y qué pasa en casa? Es igual de importante reconocer el impacto del apoyo de la pareja, en especial cuando ambas partes tienen ocupaciones profesionales, porque el desgaste impactará su relación. 

Las señales del burnout

El estrés es una condición de la que no se puede huir en general, y es normal que en el trabajo o la vida cotidiana se presenten situaciones que afecten la salud mental, como la enfermedad de un familiar o un proyecto muy demandante en la oficina. Sin embargo, estos deberían ser picos en la línea más estable del día día, que tienen inicio y final; cuando hay burnout, no hay descanso del estrés y por eso vemos estos síntomas:

  • Falta de motivación. La persona no encuentra razones de peso para cumplir con sus tareas, atender llamadas o, incluso, levantarse temprano para ir al trabajo, así que no tiene razones de peso para dar su mejor esfuerzo.
  • Cansancio constante. Aunque sea fin de semana, el cuerpo se siente cansado, hay poca concentración, y es más imperante el deseo por dormir o no hacer nada, que salir a dar un paseo o una actividad física que antes se disfrutaba con entusiasmo.
  • Cambios en los patrones de sueño. Puede ser insomnio o pasar más horas durmiendo, pero hay un desajuste que tiene consecuencias en las horas en vela: mal humor, agotamiento, dolores de cabeza.
  • Aislamiento. El burnout afecta emocionalmente a las personas, lo que les hace cuestionarse el valor de sus habilidades o alejarles de su entorno cotidiano para evitar hablar de lo que les molesta por falta de energía.
  • Mecanismos de enfrentamiento equivocados. Abuso de sustancias, ludopatía, vigorexia, la comida; cada persona es distinta, aunque es común que si sufre de burnout busque desahogo en cosas que no le van a dar el alivio que necesita, sino que hasta podría empeorar su estado.


Cómo afecta a las relaciones personales el burnout

Es casi imposible separar la vida laboral de la privada una vez que se cruza el umbral de la puerta. El malestar, el cansancio y la frustración van a estar presentes porque, en primer lugar, el desgaste no siempre se identifica de inmediato, así que no se intenta lidiar con él desde el inicio. Y por otro, nadie somos máquinas que podemos cambiar de estado de ánimo de forma automática.

También hay que recordar que si la otra persona tiene trabajo o responsabilidades en casa, lo más seguro es que existan malos días para ella, por lo que el estrés de ambos puede empalmarse y causar conflictos. Vale la pena señalar que las mujeres suelen tener más casos de burnout, según un estudio que McKinsey publicó en 2022: la brecha de desgaste entre hombres y mujeres es casi el doble que en 2021, con el 42 % de ellas con síntomas de burnout. Esto puede explicarse con que son las mujeres las que dedican más del doble de su tiempo a tareas del hogar y de cuidados, y cuando son líderes en las empresas, le dedican más energía a impulsar a sus empleados para que tengan un balance trabajo-vida más equilibrado. Esto no ocurre tan frecuentemente si las posiciones de liderazgo son ocupadas por hombres.

Este desbalance no solo podría ser una de las causas del burnout, podría serlo también de agravar los roces que la pareja tiene que enfrentar.


Cómo apoyarse en pareja para superar el burnout

Jennifer Petriglieri, profesora asistente de conducta organizacional en INSEAD, dice que aunque una pareja con dos personas con carrera puede significar el doble de estrés, en realidad puede ser una buena oportunidad para encontrar comprensión y entendimiento, ya que ambos saben lo que se siente tener una mala racha en el trabajo. Estos son los consejos que yo misma he comprobado y que sé que funcionan si se implementan con paciencia e inteligencia emocional.

  • El estrés se gestiona en pareja. Dice John Coleman, uno de los autores de Passion & Purpose: Stories from the Best and Brightest Young Business Leaders, que la llave es entender de que no se trata de solucionar el estrés en solitario, sino de formar un equipo para lograrlo, aunque algunas veces quien la está pasando mal sea uno solo. Si no se tienen para apoyarse el uno al otro, ¿entonces quién les queda?
  • No siempre se trata de resolverle la vida al otro. Es normal que la primera reacción sea explicar cómo resolver el problema del trabajo a la pareja, pero en ocasiones no es lo que está buscando. Además de correr el riesgo de hacerle sentir incapaz de enfrentar sus propios retos, tal vez únicamente desea ventilar su frustración para quitarse un peso de encima y sentir que alguien le escucha y está de su lado.
  • Cuando no se sepa cómo ayudar, se vale preguntar. Si la pareja la está pasando mal y no se identifica qué hacer para que se sienta mejor, no es el fin del mundo. Algunos problemas nos rebasan, aunque esto no significa que sean imposibles de atacar. Una de las ventajas de estar en pareja es que hay confianza y un conocimiento muy profundo de ambos, así que también es valioso decir “¿Cómo puedo ayudarte en este momento?” para entender mejor lo que necesita, desde una taza de té hasta un día de espacio sin los niños para despejar la mente. 
  • Identificar patrones que son obstáculos. Quienes identifican de inmediato que algo está mal es la pareja y la familia inmediata, no necesariamente los compañeros de trabajo, que quizá solo ven a alguien malhumorado y desconcentrado en su escritorio. Del mismo modo, la pareja puede ayudar a identificar ángulos diferentes o acciones que no están ayudando al otro para salir de una mala situación, siempre desde un espacio de comprensión y cariño, no de regaño o superioridad.
  • Dar espacio para descomprimirse. Ya sea practicando un deporte, platicando con otros colegas que han pasado por una situación parecida o enfocándose un rato en un hobby: es importante darle a la persona con burnout un espacio personal para relajarse, respetando la individualidad de cada uno, que es un aspecto clave de la vida en pareja.

Lidiar con el burnout puede ser una tarea muy desafiante por todos los elementos que involucra: la carga de trabajo, la gestión de la empresa, las responsabilidades en casa, entre otras cosas. Por fortuna, una de las señales de que se está con la pareja correcta es en los momentos difíciles que, dicho sea de paso, no duran para siempre.

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