Una carcajada y a seguirle: el humor en la empresa nos puede salvar
Por Sandra Zuluaga R.
Siempre que surja una oportunidad para reír en el trabajo, aprovechémosla, sobre todo si se trata de los errores. La ciencia dice que nos hace bien.
Siempre que surja una oportunidad para reír en el trabajo, aprovechémosla, sobre todo si se trata de los errores. La ciencia dice que nos hace bien.
“El sentido del humor es una de las señales de nuestra propia humanidad: somos capaces de reírnos de nosotros mismos, del mundo y hasta invitamos a los demás para disfrutar de esos momentos absurdos que hacen más llevadera la vida.”
En mi experiencia en recursos humanos, he vivido situaciones laborales muy difíciles, que mientras duraron sé que provocaron estrés y preocupación. Pero si me preguntan cuáles son las cosas que más recuerdo de esos momentos, rara vez pienso en las conversaciones tensas que tuve con mis colegas o las noches de insomnio alrededor de esa época. Lo primero que se me viene a la mente son las anécdotas que nos mantuvieron a flote y que ayudaron a forjar mejores relaciones laborales con la gente, y que tienen un denominador común: la risa.
A diferencia de las historias que vemos en una pantalla, la vida real no es un drama constante, sino que incluso en sus etapas más serias y complicadas nos da oportunidades para el humor. La gran pregunta que surge entonces es si las aprovechamos todas o mejor esperamos a que la crisis pase. Mirando hacia atrás, puedo decir que si hay una ventana que permita la entrada de la risa, la mantengamos abierta, especialmente cuando el clima se siente del otro extremo porque después de que se supera el mal trago ocurren dos cosas en la empresa: las personas fortalecen sus vínculos dentro de la organización, o se debilitan. No hay un punto medio, y el ingrediente que puede definirlo todo no es si se superó con éxito el obstáculo o no, sino las risas que se compartieron.
Pero no tomen mi palabra por sí sola, la ciencia también lo dice.
La risa es buena medicina
De acuerdo al sitio de la Clínica Mayo, la risa tiene efectos al corto y largo plazo que son positivos para nuestro ánimo y sistema inmunológico:
● Estimula los órganos. La risa aumenta la cantidad de oxígeno que entra a nuestro cuerpo, lo que ayude a estimular el corazón, los pulmones, los músculos y aumenta la producción de endorfinas en el cerebro.
● Reduce los niveles de cortisol. Esto significa que reduce los niveles de estrés en el cerebro y el resto del cuerpo, al mismo tiempo que primero aumenta la presión sanguínea y después la reduce, dando una sensación de alivio.
● Aminora la tensión física. La risa en verdad ejercita los músculos de la persona que la experimenta, por eso estimula la circulación y relaja el cuerpo.
● Mejora el sistema inmunológico. El estrés provoca reacciones químicas negativas que afectan la salud porque debilitan al sistema inmunológico; la risa da pie a pensamientos más positivos que producen neuropéptidos que refuerzan las defensas del cuerpo.
● Alivia el dolor. El cuerpo puede producir sus propios analgésicos, y la risa permite que los aumente.
Por supuesto, no todo puede ser risas y diversión, pero sí es posible fomentar el buen humor en el trabajo y que se convierta en una de sus ventajas. Antes de mencionar cómo integrarlo con éxito, hablemos de por qué es importante que cualquier persona en puesto de liderazgo sea la primera en darle espacio a algo de ligereza en el día a día de la empresa.
El buen humor como base de una cultura laboral saludable
● Construye vínculos. Es a través del humor que muchas personas rompen el hielo o encuentran puntos en común con sus colegas. Es más probable que los equipos trabajen mejor si también pueden reírse juntos porque crea canales de comunicación con un mayor nivel de confianza.
● Reduce el estrés de momentos difíciles. Las risas espontáneas ayudan a aligerar la carga de un mal día. Si hay oportunidad de ver con buen humor una situación que se siente muy desafiante, sugiero aprovecharla si no le hace daño a alguien más, para descansar de la tensión y recordar que no es el fin del mundo.
● Ayuda a superar los errores. Ver las equivocaciones con un poco de humor ayuda a quitar el peso de la vergüenza, el mal sabor de boca y hasta a percibirlas con un filtro más positivo, para poder rescatar las lecciones que todo error deja, al mismo tiempo que deja claro que se superan y se avanza hacia adelante.
● Abre la puerta a ideas innovadoras. Según un artículo de la Harvard Business Review, un estudio arrojó que el 15 % de los empleados que tienen líderes con buen sentido del humor están más involucrados en el trabajo y tienen el doble de probabilidad de resolver cualquier reto de un modo más creativo.
● Influye en comportamientos clave de liderazgo. No es necesario ser la comediante más talentosa a la redonda, sino mostrar un nivel de humor que deje en claro que una buena risa es tan importante como entregar un buen reporte: esas personas son más admiradas y motivan más a sus equipos.
¿Cómo podemos fomentarlo en la organización? Tengo un solo consejo:
¿Qué haría Michael Scott?
Para que el buen humor y la risa se fomenten con éxito en el entorno laboral, es importante entender que trabajamos con personas que tienen diferentes definiciones de lo que es un buen chiste o de lo que están dispuestas a reírse. Yo siempre propongo verlo con el ejemplo de Michael Scott (Steve Carrell) en The Office: como jefe, intentaba motivar y hacer reír a su equipo a como diera lugar, y fallaba la mayor parte de las veces. Quizá su problema era que no le importaban los chistes de los demás, a menos que coincidieran con lo que él consideraba gracioso, y no tomaba en cuenta las opiniones de nadie más.
Es decir, la idea no es convertir al trabajo en la audiencia cautiva de una sola persona, sino más bien un espacio que le da oportunidad a todos para compartir sus observaciones, encontrar lo gracioso de una situación que estresa a todos, con la intención de superarlo juntos. Al final de cuentas, Michael tenía razón en intentar arrancarle una carcajada a la gente, porque cuando lo lograba hasta los más apáticos se unían más al equipo. Así que cada vez que se presente la oportunidad de aligerar el ambiente con una broma, es importante recordar: ¿qué haría Michael Scott? Si se siente demasiado forzado, o que el chiste es demasiado críptico para todo el equipo, es mejor dejarlo pasar. Pero si lo gracioso es evidente y no es a expensa de los sentimientos de alguien, hay que aprovecharlo.
Recordemos que el sentido del humor es una de las señales de nuestra propia humanidad: somos capaces de reírnos de nosotros mismos, del mundo y hasta invitamos a los demás para disfrutar de esos momentos absurdos que hacen más llevadera la vida.
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